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Entrevista de El Espectador a nuestro Copresidente Carlos Ramón González

A diferencia de Mockus y Navarro, Carlos Ramón González, el tercer copresidente del verde, insiste en hacer una gran alianza con ambas coaliciones electorales. Considera que la escisión de la Alianza Verde es un “pierde-pierde” para todos.

Aunque es cada vez más palpable la distancia que toma la Alianza Verde en relación al Pacto Histórico, de cara a las elecciones de 2022, Carlos Ramón González continúa pensando totalmente lo contrario. Hace dos días, Antonio Navarro y Antanas Mockus, dos de los copresidentes del verde, afirmaron que el lugar del partido que dirigen está en la Coalición de la Esperanza y que en las toldas de Petro no aportarían mucho. Carlos Ramón González, el tercer copresidente, no está de acuerdo con esa aseveración y considera que no es el camino correcto pues, para él, es necesaria una gran alianza de todo el sector alternativo, tesis que comparten 11 de los 19 congresistas verdes en Cámara y Senado.
 
En entrevista con El Espectador, González reitera su postura, reitera que la escisión no es un camino para el partido verde y que, en cambio, dejar en libertad a sus militantes para que voten por su candidato predilecto a la Presidencia de 2022 es la opción “más válida”. Además, reitera que todo el lío del verde con la Coalición de la Esperanza empezó desde que esta alianza electoral los sacó del tablero de forma “extraña” y hasta “irrespetuosa”. Para él, si bien sería importante tener un candidato único verde, no es lo fundamental: “Tenemos que apoyar al más fuerte de la Coalición de la Esperanza o al más fuerte del Pacto histórico”
 
Usted insiste en que se debe hacer una gran alianza con el Pacto Histórico, mientras Mockus y Navarro dicen que ahí no tienen nada que hacer y que su lugar es en la Coalición de la Esperanza. ¿Por qué ustedes, como copresidentes, no se han podido poner de acuerdo?
En el partido existen dos posiciones en este debate, que ya tiene más de un año. La primera posición es la que hemos levantado, creo, la mayoría de los integrantes de la colectividad: pensamos que, dadas las circunstancias que vive Colombia, de indignación y de inconformidad social, hay una enorme oportunidad de que un candidato de centro izquierda, alternativo, pueda ganar la Presidencia en 2022. Pero, hay unas condiciones para que eso sea posible. Una de ellas es lograr la unidad de todos los alternativos. Si usted mira las encuestas, las tendencias de opinión se inclinan a rechazar la derecha uribista y los partidos tradicionales. Va a haber un “voto castigo” muy fuerte hacia esas colectividades. Entonces, esa posibilidad de derrotarlas solo es posible si el Pacto Histórico, la Coalición de la Esperanza y los verdes nos unimos en la primera vuelta, con muchos sectores sociales y políticos para luchar por el cambio. Hay una fuerza mayoritaria que nos pide que por favor nos unamos. Unidos somos invencibles.
 
La otra posición es llegar divididos a primera vuelta. Con eso repetiríamos la historia de 2018. En esa carrera, nuestro candidato presidencial declaró el voto en blanco, y repetir eso no nos lo perdonaría el pueblo colombiano. El caso de Ecuador, en las recientes elecciones, demuestra que la radicalización y la pelea de la campaña de algunos sectores que, finalmente, ganó el candidato de la derecha, a pesar de representar a una minoría.
 
Pero, ¿qué es lo que ha pasado en las recientes discusiones entre ustedes como triunvirato?
Nuestro diálogo es formal, respetuoso y hasta cariñoso. No tenemos ningún problema en dialogar y estamos seguros de que vamos a encontrar una solución. En este momento, están en terreno dos encuestas que en forma de espejo, simultáneamente, están consultando a los simpatizantes y a los militantes del partido verde sobre estos aspectos. ¿Qué opinan sobre estos aspectos, quieren que la alianza sea con el Pacto Histórico o la Coalición de la Esperanza? ¿O quieren que sea una gran alianza para que todos estemos unidos? La encuesta no es concluyente, es un insumo para ver las tendencias que hay hoy en el partido verde.
 
¿Por qué romper la palabra que había desde un principio de juntarse con la Coalición de la Esperanza?
Nosotros habíamos tomado la decisión de que íbamos a apoyar la Coalición de la Esperanza, sobre la base de que en segunda vuelta íbamos a estar con el candidato alternativo que pasara, fuera de cualquiera de ambas fuerzas. ¿Qué sucedió? Que unilateralmente, de manera sorpresiva y extraña, los miembros de la Coalición de la Esperanza tomaron la decisión de que no querían seguir más con el partido verde y que hasta que no resolviéramos nuestros problemas pues nos dejaban solos. En ese momento nos quedamos viendo un chispero y ahora nuestra colectividad está dividida en eso: por un lado el Pacto Histórico, por otro la Coalición de la Esperanza y nosotros en la mitad. La gran mayoría de los militantes quieren que nos unamos todos.
 
¿Por qué romper la palabra que había desde un principio de juntarse con la Coalición de la Esperanza?
Nosotros habíamos tomado la decisión de que íbamos a apoyar la Coalición de la Esperanza, sobre la base de que en segunda vuelta íbamos a estar con el candidato alternativo que pasara, fuera de cualquiera de ambas fuerzas. ¿Qué sucedió? Que unilateralmente, de manera sorpresiva y extraña, los miembros de la Coalición de la Esperanza tomaron la decisión de que no querían seguir más con el partido verde y que hasta que no resolviéramos nuestros problemas pues nos dejaban solos. En ese momento nos quedamos viendo un chispero y ahora nuestra colectividad está dividida en eso: por un lado el Pacto Histórico, por otro la Coalición de la Esperanza y nosotros en la mitad. La gran mayoría de los militantes quieren que nos unamos todos.
 
En caso de no ponerse de acuerdo, ¿apoya la escisión?
No, la escisión no es un camino. Ni siquiera es posible porque ya no hay tiempo, y segundo porque es un “pierde-pierde”: perdemos los dos bandos del partido. Pero, además, porque la discusión está en términos de la primera vuelta. En segunda vuelta estamos todos de acuerdo en que apoyamos al candidato alternativo que gane. Entonces es un tema de tramitar las diferencias.
 
Pero, no han podido tramitar las diferencias en todos estos meses...¿No cree que los ataques entre ustedes ya son muy dicientes de la profundidad de esas diferencias?
No. El estado natural de un partido es el debate. No me parece mal, me parece buenísimo. Estamos a punto de ganar la Presidencia. La única diferencia que tenemos es en la primera vuelta de las elecciones de 2022. Para mí este es el mejor momento de la Alianza Verde.
 
¿Entonces por qué Mockus propuso la posibilidad de la escisión? Hay un documento que respalda esa postura...
No, él no ha propuesto eso nunca. Siempre ha dicho que hay que encontrar un acuerdo como ha sido la determinación histórica del verde. Las decisiones las tomamos por mayorías simples de la mitad más uno.
 
Le han hecho ataques ahora último, diciendo que usted apoyó a Peñalosa cuando este quería recibir el apoyo de Uribe. Angélica Lozano y otros lo han atacado. ¿Qué les responde?
Eso es buscar argumentos de los pecados de mi abuelita para traerlos a un debate actual. Me parece intrascendente y no tiene importancia. No va a lugar.
 
¿Cree que Angélica Lozano se ha equivocado en las formas de hacer este debate?
Creo que hay que tener altura en el debate. No voy a calificar a nadie, pero el debate debe ser con ideas.
 
¿Le suena más por dejar al partido en libertad para que voten por el candidato alternativo de su predilección a la Presidencia?
Sí. El partido tiene una tradición y es que todas las decisiones las tomamos por consenso. Nunca hemos utilizado las mayorías simples para apoyar una u otra posición. De hecho, cuando los candidatos en 2015 a la Alcaldía de Bogotá eran Peñalosa, Clara López y Rafael Pardo, el partido se encontraba en un dilema muy grande porque recién había llegado el movimiento progresista de Gustavo Petro que se integró en ese momento al partido verde. Todo el movimiento de Petro está dentro del verde, entonces no es extraño que haya un petrismo muy fuerte en el partido.
El caso es que por esa circunstancia no podíamos decidir que todos los verdes apoyaran a Enrique Peñalosa, pues él había sido el contrincante del petrismo anteriormente. Por otra parte, la doctora Claudia López y Angélica Lozano quisieron respaldar a Rafael Pardo. Entonces la decisión final, para no rompernos, para no imponer una mayoría sobre la otra, fue dejar a los militantes en libertad a la hora de votar.
Algunos nos criticaron, nos dijeron que éramos un partido que no tomaba decisiones, que no iba para ninguna parte, pero seguimos. Acá no hay nada escrito.
 
Pero, ¿no cree que representa más vocación de poder tener un candidato propio del verde?
Por supuesto y lo vamos a tener. Pero el juego interno del verde debe ir a fortalecer una candidatura para vencer en 2022, entonces no podemos desconocer esas realidades políticas. Finalmente, tenemos que apoyar al más fuerte de la Coalición de la Esperanza, que es Fajardo, o al más fuerte del Pacto Histórico, que es Gustavo Petro. Esos serán nuestros candidatos finales, a no ser que suceda algo extraordinario.
 
Pero eso suena a tener un candidato verde porque sí, para figurar, pero no para apostarle a que sea una verdadera opción.
 
No. Los candidatos verdes tienen la vocación de llegar a una de las dos consultas, pero si dejamos en libertad pues pueden llegar a las dos. En ese caso, los dos competirían ahí y tendrían la posibilidad de ganar o perder en una consulta en marzo de 2022.
 
Eso suena a que su idea es que el partido vaya separado por donde quiera.
No. Más que un partido, la Alianza Verde se ha definido como una plataforma de participación de todos los demócratas y alternativos de este país, quienes no han encontrado espacios para aportar su política. Acá en el verde tienen un lugar pues nos reunimos quienes luchamos contra la corrupción, por la paz, por los derechos humanos, quienes tenemos coincidencias para luchar por el bienestar general de nuestro país. Pero no nos comportamos como un partido, sino mucho más como una coalición, una plataforma de tendencias políticas. Por lo tanto, aquí no hay un jefe que dicte qué hacer. Por eso, la regla de oro ha sido tomar las decisiones por consenso, o no las tomamos.
 
Tener un candidato propio, en todo caso, dejaría a más de uno en problemas…¿no? Catalina Ortiz apoya a Fajardo y Juanita Goebertus ha apoyado a Alejandro Gaviria frontalmente...
Exactamente. Acá confluyen múltiples tendencias y lo importante es que salgamos fortalecidos de este debate. Si nosotros, que somos mayorías en este momento, decimos que nos vayamos todos para el Pacto Histórico, sin consenso, pues hacemos trizas el partido. Lo mismo pasa si el otro grupo hace eso, pero con la Coalición de la Esperanza. Lo más sensato es que tratemos de llegar a un acuerdo que nos mantenga en la primera vuelta para encontrarnos en la segunda y apoyar al alternativo que gane. La cuestión acá no es si tenemos o no candidato, sino cómo ganamos la Presidencia y las mayorías en el Congreso en 2022. Dejar en libertad a los militantes es la opción más válida.
 
¿Cuándo salen los resultados de la encuesta? Una vez los tengan, ¿de ahí qué harán?
Una vez conozcamos las tendencias al interior del partido, tendremos una reunión para tomar la decisión final.
 
¿Usted sí cree que haya forma de unir a un grupo de fuerzas políticas tan diversas y divididas?
Uno de los problemas que tuvimos en la Coalición de la Esperanza es que ellos nunca dejaron claro que en la segunda vuelta nos íbamos a unir con el candidato del sector alternativo que ganara. Eso es un problema de fondo.
Si resolver estas diferencias no es posible, lo más lógico es dejar en libertad. Tenemos que llegar a un acuerdo que nos convenga a todos: de pronto ese es no coger ni hacia un lado, ni hacia el otro, sino hacia los dos lados.
 
Fuente: EL ESPECTADOR
 

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