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El precio de la deforestación en la Amazonía: lecciones del racionamiento en Bogotá

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En la Amazonia el agua es la reina, los ríos y arroyos son como venas, y toda forma de vida está determinada por
ella.

Papa Francisco
El racionamiento de agua en Bogotá ha terminado, sin embargo, es necesario reflexionar sobre las razones que llevaron a que Bogotá y municipios colindantes vivieran tal crisis de agua. Durante el año que duró el racionamiento de agua en Bogotá, diferentes causas salieron a flote: crecimiento urbanístico que exige una demanda exacerbada del recurso hídrico, fenómeno del niño con variantes a causa del cambio climático, detrimento ecológico de los ecosistemas que contribuyen a la generación de agua, entre otros.
 
Desde el Centro de Pensamiento del Partido Alianza Verde, queremos hacer un llamado sobre la importancia que tiene la Amazonía colombiana, reconocida como la selva tropical más grande del mundo, para que el agua, como fuente vital, llegue a los hogares de los y las habitantes de Bogotá.
 
Uno de los ‘servicios’ más significativos de la Amazonía,-posiblemente el más importante-, es el de los “Ríos Voladores”. Según Rodrigo Botero (2024), de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, los ríos voladores son flujos masivos de vapor de agua que viajan entre el océano Atlántico y los Andes y que transportan grandes volúmenes de agua; estas corrientes se forman a partir de las nubes que provienen desde la costa brasileña, y atraviesan la selva amazónica[1]. A lo largo de su recorrido, estas nubes descargan y recargan su humedad hasta siete veces, gracias al intenso proceso de evapotranspiración que ocurre por la extensa cobertura vegetal del Amazonas. Esta corriente aérea está disminuyendo a medida que crece la deforestación de la cuenca amazónica. De hecho, en el primer trimestre de 2024, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam),[2] reportó la pérdida de 40.219 hectáreas de bosque en la Amazonía colombiana, una cifra alarmante si se compara con las 12.042 hectáreas deforestadas en el mismo periodo de 2023. Además, en el cuarto trimestre de 2024, se presentó una deforestación de alrededor de 19.799 hectáreas en los departamentos amazónicos de Colombia (Putumayo, Caquetá, Meta, Guaviare, Amazonas, Vaupés y Guainía), lo que representó un aumento del 7,6% en relación con la deforestación registrada en el mismo periodo de 2023, cuando se alcanzaron las 18.406 hectáreas.[3] Esto corresponde a la presencia de grupos armados ilegales, en especial al Estado Mayor Central, quienes tienen como propósito, mostrarse fuertes frente al Estado, controlando el territorio y continuando en el ejercicio de sus economías ilícitas” tal como lo señala Indepaz. Así mismo, corresponde al intenso fenómeno del niño que vivió el país, lo que aumenta el riesgo de incendio en el territorio y facilita la conversión del bosque en tierras de cultivo o pastoreo.

Es importante reconocer que cada día se hace más evidente la menor cantidad de agua que logran captar embalses como el de Chingaza, que se alimentan de dicha dinámica; debemos recordar que los bogotanos extraemos del Río Guatiquía 12 m/s de agua que irían hacia la Orinoquia y que proviene principalmente de los “ríos voladores” de la amazonia. Las nubes que logran llegar a la cordillera se dirigen principalmente hacia el sur del continente hasta la cuenca del Río de La Plata y afectan similarmente buena parte del sur del continente. Así que las aguas provenientes de la amazonia alimentan tanto la Orinoquia como la Región Andina. Por otro lado, la importancia de la Amazonía también se refleja en el concepto de la “bomba biótica”, desarrollado por científicos como Anastassia Makarieva y Víctor Gorshkov. Este mecanismo describe cómo los bosques tropicales no solo liberan vapor de agua, sino que además generan una especie de succión atmosférica que atrae humedad desde el océano hacia el interior del continente. Es decir que, gracias a este proceso se mantiene una circulación constante de vapor de agua que llega hasta los Andes y alimenta los principales sistemas hidrográficos del país[4].

En este sentido, es necesario que reconozcamos que la Amazonía cumple un rol clave en la regulación del clima, tanto regional como global; y que la deforestación interrumpe el flujo de los ríos voladores, debilita la bomba biótica y, además, incrementa la emisión de gases de efecto invernadero, acelerando el cambio climático y alterando los patrones de lluvia. Y como vemos, estas alteraciones tienen un impacto directo en ciudades como Bogotá, que dependen de las lluvias estacionales para garantizar su abastecimiento de agua.
Todo esto nos muestra una realidad que muchas veces pasa desapercibida: la estrecha interdependencia territorial entre ecosistemas aparentemente lejanos, ya que la estabilidad hídrica de una ciudad como Bogotá depende, entre otras, de la salud ecológica de la Amazonía, ubicada a cientos de kilómetros de distancia. Por esto, la gestión ambiental no puede entenderse como un asunto puramente local, pues también es una responsabilidad compartida que atraviesa fronteras administrativas y políticas.

En este contexto, el racionamiento de agua en Bogotá no debe interpretarse únicamente como una medida de emergencia, sino como una señal de advertencia sobre los límites ecológicos que hemos traspasado. Y aunque el racionamiento terminó, desde el Centro de Pensamiento del Partido Alianza Verde hacemos un llamado a las instituciones y a la ciudadanía para que juntos protejamos la Amazonía y hagamos conciencia de nuestros hábitos.  Proteger la Amazonía es proteger el agua, el clima y la vida en todos los rincones del país, cuidar la selva no es solo un acto de conservación ambiental: es una garantía de futuro para todas y todos quienes habitamos el planeta Tierra.
 
Equipo Centro de Pensamiento
Carlos Hildebrando Fonseca PhD

 

[1] Botero, R. (2024). Ríos voladores, racionamiento y deforestación. Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible. https://fcds.org.co/rios-voladores-racionamiento-y-deforestacion/

[2]Boletín de Detección Temprana de Deforestación - DTD. Primer Trimestre 2024.  Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales - Ideam. https://ideam.gov.co/sites/default/files/prensa/boletines/boletin_38_i_trimestre_2024.pdf

[3] | Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales. (2025). Ideam.gov.co. https://www.ideam.gov.co/sala-de-prensa/boletines/Bosques

[4] Bunyard, P. P. (2018). Vientos y lluvia: El papel de la bomba biótica. Revista de Tecnología, 17(1), 5–15. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7390741.pdf


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