La plenaria del Concejo de Bogotá aprobó en último debate el Proyecto de Acuerdo que crea el Sistema Distrital de Prácticas y Pasantías Pagas en las entidades del Distrito, el cual habilitará plazas semestrales para que los estudiantes de la ciudad puedan cumplir con este requisito de grado y recibir una remuneración de un salario mínimo mensual.
El Proyecto que fue presentado por el concejal Julián Rodríguez Sastoque y unificado con iniciativas de los concejales Heidy Sánchez y Carlos Fernando Galán, busca incentivar el ingreso de los y las jóvenes al servicio público en las entidades de la ciudad, toda vez que en 2019 sólo 91 de ellos estuvieron vinculados al programa de prácticas remuneradas “Estado Joven”, una cifra realmente irrelevante.
“Las prácticas y pasantías deben constituirse como una experiencia profesional de enseñanza para el primer empleo, mejorando las competencias de los jóvenes y su orientación vocacional. Además, es menester que estén acompañadas de una remuneración económica para mejorar la calidad de vida de los estudiantes”, aseguró el concejal Rodríguez Sastoque.
Para el fácil acceso de los estudiantes a la oferta del Sistema Distrital de Prácticas y Pasantías, el proyecto ordena a la Administración Distrital publicar en un único sitio web el listado completo de prácticas laborales, pasantías, judicatura o relación de docencia de servicio en el área de la salud, ofrecidas por todas las entidades del nivel central y descentralizado.
Teniendo en cuenta que las mujeres jóvenes constituyen un grupo poblacional altamente golpeado por el desempleo, las plazas de prácticas, pasantías, judicaturas o relación de docencia deberán ser asignadas en por lo menos el 50% a mujeres.
El proyecto también contempla una reglamentación a las prácticas y pasantías dentro del propio Concejo de Bogotá donde se establece un proceso para la vinculación laboral de los jóvenes, también de forma remunerada, y mediante un proceso de selección meritocrático.
Esta iniciativa llega un momento adecuado en el que se necesita vincular a los y las jóvenes a programas de empleo remunerado, toda vez que esa población fue gravemente afectada por la pandemia: cifras del Dane revelaron que en el trimestre septiembre - noviembre de 2020 cerca de 130.000 jóvenes perdieron su empleo y 7 mil entraron a la inactividad, respecto al trimestre septiembre-noviembre de 2019.
También es un incentivo para el ingreso al trabajo formal porque actualmente el 48% de los jóvenes se encuentran en la informalidad, 83% de ellos se encuentran en situación de pobreza.